CONTRASTE DE SABOR ÚNICO.
Vuelvo con un postre que fue el colofón de la comida que tuve hace unos días (próximamente os mostraré cuáles fueron los otros platos). Quería hacer un postre que todos pudieramos tomar y aprovechar las frutas de temporada y que coincide con que es una de las pocas que tolero.
TOLERANCIAS… MINI.
Las fresas, junto con las frambuesas, los arándanos y la granada, son las únicas 4 frutas que tolero pero en cantidad muy pequeñita, aún así para mí tomarlas a media mañana me vienen genial, casi nunca después de la comida y nunca más allá de esa hora, porque como sabéis, con el paso del día, la digestión se ralentiza y a ciertas horas ya no se tolera lo que sí podemos tomar en el desayuno o a media mañana. En este día, me la jugué y quise tener postre al igual que el resto de comensales.
Así que aquí tenéis otro postre SINSINSIN (sin gluten, sin lactosa y para los que tolereis una pequeña cantidad de fresas: de reintroducción de la fructosa) que os encantará pues mezcla ese sabor suave del clafoutis calentito con la acidez de la fresa y casan genial.
LAS FRESAS DE MI ABUELO.
Como bien sabéis, porque lo he comentado muchas veces, mis orígenes están en Murcia; tierra que destaca por ser la huerta de Europa (nadie tiene nuestros limones, naranjas y verduras) pero no destaca por ser una zona donde se cultiven las fresas.
Pues de pequeña, me encantaban las fresas y mi abuelo compró semillas para plantarlas en su pequeño huerto y así poder disfrutar de las nuestras propias. Todas las semanas, íbamos los dos en bicicleta paseando a inspeccionar nuestro cultivo, nos echábamos unas risas y nos volvíamos porque no crecían. En toda la temporada, sólo tuvimos 3 fresas (no estoy exagerando), fueron 3 fresas pequeñitas muy rojas.
Me hizo muchísima ilusión tener estas 3 pequeñas joyitas. Nunca he tomado otras fresas que me gustaran tanto como aquellas porque detrás de ellas, llevaban nuestra pequeña historia de mi abuelo y mÍa. Siempre que tomo fresas, me acuerdo de aquellas 3 fresas cultivadas en nuestro huerto. Así que este postre con estas 3 fresas representa mi pequeño gran homenaje a aquellos días tan felices que pasaba con mi abuelo y que ya nunca volverán.
ORIGEN.
El clafoutis que tiene un origen francés. Su nombre se debe a la ciudad de Limoges y proviene de la zona de Occitania cuya cocina se caracteriza por tener vestigios de la cocina italiana y catalana pero añadiendo sus peculiaridades.
El clafouti es un postre cuya textura es una masa semiblanda y en su versión original se acompañaba de cerezas.
Existe también la preparación salada y además con otras frutas como fresas, melocotones, ciruelas, moras…, conociendose en estos casos como Flaugnarde o flognarde. Los fructuosos no toleramos las cerezas, pues tienen mucha fructosa, así que yo opté por una de las frutas que tolero que es la fresa.
RECETA.
-Ingredientes-
- 50 gr. de mantequilla en pomada.
- 4 huevos.
- 10 gr. de sucralosa.
- 150 ml. de nata sin lactosa o de nata vegetal.
- 1 cucharada de esencia de vainilla.
- 250 ml. de leche sin lactosa o bebida vegetal al gusto.
- 100 gr. de almidón de maiz o harina de arroz (yo la hice esta vez con almidón pero sale igual de rico).
- 12 fresas pequeñitas.
- Sucralosa para espolvorear (opcional).
-Preparación-
Precalentar el horno a 180 º y engrasar cuatro moldes con un poco de mantequilla o aceite de girasol usando un papel para retirar el exceso.
Mezclar los huevos con la sucralosa, la nata y la esencia de vainilla y mover bien.
Añadir poco a poco el almidón o harina ayudándose de un colador para tamizarla y mezclar bien con una espatula para que quede sin grumos y cremoso.
Repartir las fresas en los moldes y añadir un cuarto de la mezcla.
Hornear unos 15 minutos hasta que cuaje a 180 º.
Servir caliente y espolvoreado con la sucralosa.
COCINA PARA TODOS.
Como veis, sigo con mi empeño de que todo el mundo, tanto los intolerantes alimentarios como las personas que no tienen intolerancias, pierdan el miedo a estas comidas SINSINSIN, y que descubran que hay una SIN más que no tiene cabida en estas recetas: sin sabor.
Son propuestas que están repletas de gusto, de limpieza de sabores y aromas y que son súper sanas. Con el pleno gusto de lo verdaderamente casero.
Así que hagamos partícipes de nuestros hábitos a la gente que nos acompaña en la vida porque, no solo conseguiremos que nos entiendan un poco más en nuestro periplo intolerante, sino que, y por encima de ello, compartan el gozo de nuestro difrutar.
Bueno, pues ya tengo otra vez el agua en la boca! Esta tarde visito una nutricionista y le preguntaré sobre las fresas, pk de momento, no he probado fruta desde hace 5 meses ya! En cuanto lo haga, ya sabes, te mando fotos! Besos corazón!
Muchísimas gracias Marisa!! Espero que la visita sea fructífera y te permita tomar alguna fruta. Yo mis 3 fresitas de vez en cuando las celebro un montón. Saludos!!